Madrid, 28 septiembre 2019 Vengo de la última inauguración del sector de centros comerciales en España. Y, francamente, es inevitable expresar un gran sentimiento de satisfacción. No ya la que te puede inspirar comprobar una vez más la gran profesionalidad de Lar España y sus equipos, incluyendo L35 al frente de la arquitectura, y Gentalia en los mandos de la comercialización y la gestión. Es algo más, es la satisfacción por pensar que un sector como el nuestro, afectado por vientos que no quisiéramos sentir, ha dado ayer, dará mañana, con la apertura de sus puertas al público, una bocanada de aire fresco, de innovación y de buen criterio con Lagoh. Su concepto básico creo es impecable. Dos plantas, mol amplio longitudinal, largo y de gran altura, iluminación lateral en un país muy caluroso, anclas impecables, Primark (tendremos un día que evaluar cuanto nos está aportando esta cadena a la industria aceptando posiciones laterales como, los antiguos grandes almacenes) en uno, y la pareja Mercadona MediaMarkt (¿que sería del crecimiento de nuestro sector sin estos dos protagonistas?) en el otro. Y, lo que creo más distintivo y que le dará carácter definitivo, el paseo amplio y bien ambientado que se desarrolla de forma lateral sobre una superficie de agua larga que recorre el centro longitudinalmente de un extremo a otro. Y que hace el papel de un segundo mol completo de hostelería, terrazas y divertimento, paralelo al principal, y, este si, en un solo nivel. Y dejando muy visible del otro lado del lago a la SE30 y el puente del Centenario, a los que se expone sin ambages y con su mejor fachada. Que anoche lanzaba su mejor imagen, duplicando en la lámina de agua su variada fachada de luces y movimiento. No me cabe casi ninguna duda de que esto que vimos anoche ser inaugurado de forma oficial por todas las Administraciones posibles (¿alguien recuerda una inauguración con tanto político?) se va a convertir en un éxito. La pregunta que me queda esta noche flotando, y a la que deberemos responder en las próximas semanas, después de darle un par de vueltas más, es: ¿Hemos asistido anoche a la inauguración del mejor centro comercial español de los últimos años? Mi tentación, que hoy creo fundada, es pensar que seguramente sí lo va a ser.
Madrid, 2 julio 2019 La Última Milla se está convirtiendo, cada vez más, en el campo de batalla clave en la cadena de suministro del comercio electrónico, y se da por descontado que las compañías actoras de este comercio, bien sean "Pure Players", bien sean tradicionales optando por el modelo omnichannel, tendrán que desarrollar estrategias específicas en este área para competir de manera efectiva en este campo. De la misma manera, las compañías operadoras de logística, de las que aquellas son o pueden ser clientes, deberán revisar, están revisando ya de hecho, sus supuestos de actuación, y, entre otros, sus soportes inmobiliarios de almacenamiento y distribución. Tanto los comerciantes y/o distribuidores on-line, como los empresas del sector de la logística y el transporte, que ya se enfrentan de por si al desafío de adoptar nuevos enfoques y tecnologías cada vez más evolucionadas para competir, se encuentran además con la necesidad de replantear la distribución física, y, por tanto, su entramado de almacenes y rutas de distribución. La cada vez mayor demanda de rapidez y conveniencia de los clientes destinatarios en la ciudad, así como unas zonas urbanas cada vez más extensas y complejas, en particular las urbanizaciones de unifamiliares o de vivienda en altura pero de baja densidad, están obligando a unos y otros a revisar sus redes de almacenamiento y distribución, reemplazando redes centralizadas por infraestructuras de distribución local de pequeña escala, en la que cada vez será mayor la exigencia de una creciente capilaridad que asegure el objetivo de acercarse al destinatario final. Qué forma y qué características deberá adoptar esta red capilar en términos inmobiliarios es uno de los desafíos que unos y otros deben estar planteándose ya. Sin perjuicio del papel que van a desarrollar, y que están desarrollando ya las entregas localizadas, como son los buzones en gasolineras, estaciones e intercambiadores de transporte, o los propios locales comerciales, y, por extensión, y a mayor escala, los centros comerciales